José Ortega y Gasset
“Cuando el pedagogo entra en relación
educativa con un alumno, se halla frente
a un tejido social, no frente a un individuo. El niño es un detalle de
la familia que condensa dentro de sí las tradiciones domésticas; la familia es
a su vez una parte del alma ciudadana, y todo su ambiente está penetrado por el
de la urbe ; sobre la ciudad pesa toda la economía
nacional, las leyes del estado, las ideas y las pasiones del alma de la raza, del espíritu
popular entero; y no termina en la nación la sociedad popular concreta,
sino que se extiende en el pasado sobre las generaciones muertas: un pueblo hoy
es sólo un momento de su historia y, a la vez, un fragmento de la humanidad entera. La solidaridad del
individuo con todas estas realidades es indiscutible, y es lo que permite decir
que el hombre como tal no es el individuo de la especie biológica, sino el individuo
de la humanidad. Concretamente, el individuo
humano existe sólo en cuanto contribuye a la realidad social y en cuanto
es condicionado por ésta”.