EPÍCTETO ( 50 – 138)
01
“ ¡ Qué desgraciado soy ¡
No tengo tiempo de estudiar ni de leer.” Amigo mío, ¿ por qué estudias? ¿ Es
por mera curiosidad? En este caso eres, en efecto, muy desgraciado, porque el
estudio sólo debe ser una preparación para
bien vivir. Comienza, pues, desde hoy a vivir bien; cumple con tu deber en
todas partes, y no olvides que lo que verdaderamente instruye no son los
libros, sino las ocasiones.”
02
“No te desanimes por nada
ni en ocasión alguna; imita, por el
contrario, a los maestros de pugilato, que cuando ven a un novato rodar por el
suelo le obligan a levantarse y volver
a la lucha. Pues del mismo modo debes hacer con tu espíritu; nada hay
más dócil que el espíritu humano: no hay más que querer, lo demás se hace sólo.
Pero si te acobardas, estás perdido, pues no volverás a levantarte en tu vida.
Cuidado, pues, que tu pérdida o tu salvación están en tu mano.”
.